LA TERMINAL
Cada cinco
Cada cuatro, tres, dos,
Cada minuto
Un micro que pasa
Que sale
O que llega;
Un viejo con su bolso, su poncho
Y sus chuecas, camina
Sin rumbo
Hacia el final de su tiempo presente.-
Una vieja
Que quiere ser joven
Con su gorro rosa
Y su inmensa cartera;
Un hombre
De barba, apoyado en su pierna
Lee el diario de la mañana
Atrapado...en suspenso...
Un taxi vacío
Se arrima, despacio
Al cordón de la vereda...
Que mira tras gafas espesas
El plano de La Plata
Y pregunta y pregunta
A todo el que pasa
A todo el que llega...
La niña de escuela
Que lee el libro
Casi dormida
En el banco de madera...
Las colas que crecen
Y decrecen...
La gente que mira sin ver
Que escucha
Lo de adelante y lo de atrás
Que lee de “ojito”
Sin querer
De tanto y tanto esperar...
Y el niño que sacaron
De la cama temprano
Y pregunta asombrado:
¿Por qué mamá?... ¿Por
qué?...
El kiosquero que observa
El fluir de gente
-que viaja-
-que consume sus horas
en largas esperas-
Que no se detiene
¿Qué va?
¿O que viene?
No sé.
El olor a café
Del bar siempre abierto
Un tanto cargado
De gases molestos.
Y canturreando el que limpia
Con su pala y su escoba
Estudia el por qué
Tras las ventanillas,
Comentando el partido
Los boleteros, indiferentes
Al tiempo que apremia
Cortan pasajes
Y entregan los vueltos.
Y cortan pasajes
Y cuentan dinero.
Hablando entre ellos...
Así, día a día,
Y así, día a día.
La Terminal, se duerme...
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