lunes, 12 de octubre de 2015

LA   TERMINAL

Cada cinco
Cada cuatro, tres, dos,
Cada minuto
Un micro que pasa
Que sale
O que llega;


Un viejo con su bolso, su poncho
Y sus chuecas, camina
Sin rumbo
Hacia el final de su tiempo presente.-
Una vieja
Que quiere ser joven
Con su gorro rosa
Y su inmensa cartera;
Un hombre
De barba, apoyado en su pierna
Lee el diario de la mañana
Atrapado...en suspenso...
Un taxi vacío

Se arrima,  despacio
Al cordón de la vereda...
Y la monja, perdida
Que mira tras gafas espesas
El plano de La Plata


Y pregunta y pregunta
A todo el que pasa
A todo el que llega...
La niña de escuela
Que lee el libro


Casi dormida
En el banco de madera...
Las colas que crecen
Y decrecen...
La gente que mira sin ver
Que escucha
Lo de adelante y lo de atrás
Que lee de “ojito”
Sin querer
De tanto y tanto esperar...
Y el niño que sacaron
De la cama temprano
Y pregunta asombrado:
¿Por qué mamá?... ¿Por qué?...
El kiosquero que observa

El fluir de gente
-que viaja-
-que consume sus horas
en largas esperas-
Que no se detiene
¿Qué va?
¿O que viene?
No sé.
El olor a café
Del bar siempre abierto
Impregna el ambiente

Un tanto cargado
De gases molestos.
Y canturreando el que limpia
Con su pala y su escoba
Estudia el por qué
De cada basura...








Tras las ventanillas,
Comentando el partido
Los boleteros, indiferentes
Al tiempo que apremia
Cortan pasajes
Y entregan  los vueltos.
Y cortan pasajes
Y cuentan dinero.
Hablando entre ellos...

Así, día a día,
La Terminal despierta.





Y así, día a día.
La Terminal, se duerme...


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